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Por Sol Bajar
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"Las consecuencias subjetivas de la opresión de la mujer han recibido, a lo largo de la historia, nombre y apellido. (...) si hay algo que a lo largo de todas estas variaciones permaneció prácticamente inconmovible fue –precisamente- el concepto de inferioridad atribuido a la mujer, ya desde tiempos antiguos, como parte de su condición “natural". (...) La normalidad femenina fue presentada entonces como una verdadera abstracción, dejando de lado las raíces y los fines del milenario confinamiento de la mujer al reducido mundo de la heterosexualidad, el matrimonio y la maternidad normativas (...) sin pretender agotarlo, nos proponemos abrir el necesario debate con las concepciones que encuentran en la supuesta valoración individual de las diferencias sexuales anatómicas, el argumento último -léase el punto de partida- para la conformación de la llamada feminidad “normal” "
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